ANDREÍTA CEDRÉS
Andreíta Cedrés llegó al barrio a principios de la década de los años 70, viuda y con una gran familia numerosa. De ascendencia lanzaroteña pronto se hizo popular por su carácter y amabilidad con todos, su casa estaba abierta a cualquier vecino y la palabra “compartir” nació con ella.

Era la aficionada nº 1 del equipillo de fútbol. Su asiento en la grada era el más compartido, donde ella se sentaba la concurrencia era grande. En aquella época la afición seguía al equipo a todos lados, se llenaban varias guaguas para ir al partido y después almorzar o hacer asaderos.
Andreíta Cedrés tenía todo previsto con antelación, lo suyo y lo que los demás necesitaran.

De Andreíta Cedrés se pueden contar infinidad de anécdotas y vivencias; varios de sus hijos jugaron en el club (Yayo, Suso, Javier, Pepe…) y si el día anterior alguno de ellos estuvo de juerga y no daba la talla en el partido, ella era la primera en echarle la bronca desde la grada, con adjetivos como “gandul” y otros.

El día que nos dejó murió algo del club con ella, se le hizo un homenaje en vida del que ofrecemos algunas imágenes.

“Te queremos Andreíta, nunca te olvidaremos”


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